«Prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida»… Parece ser mucho tiempo… Pero no si la promesa es para ti misma.

Si has asistido a una boda, seguro conoces perfecto la frase de «Prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida…». Es probable que alguna vez hayas soñado en pronunciarla al ser amado en el altar (si no es que ya lo hiciste).

Si, como yo, eres algo escéptica sobre lo que refiere al amor «para toda la vida», la frase te parecerá de lo más intensa… Pero no cuando le das el enfoque adecuado.

Amo las bodas pero debo confesar que siempre, al llegar a esta parte, mi piel se enchinaba cuando escuchaba esa línea… Repetía «TODOS los días de mi vida» y pensaba «¡ESO ES MUCHO TIEMPO, QUÉ MIEDO!» (JAJAJAJA, sí, mi yo interior también es muy graciosa 😛 )

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Pero, esa idea cambió cuando en algún lugar vi que una mujer se la dijo a sí misma. «¡¿Cómo?!», fue lo primero que saltó a mi cabeza… «¿Yo me puedo prometer eso a mí misma?». La respuesta inmediata fue: ¡CLARO QUE PUEDES!

Y es que ¿quién dijo que se requiere de una pareja para que te dediquen canciones, te manden flores o te saquen a comer a un lindo lugar?

No, no se requiere… ¿Por qué? Porque de nada te servirá tener amor de fuera si el propio nunca ha sido cultivado. Porque para estar bien con alguien más, primero debes estar bien contigo misma.

Es por ello que desde ése momento y hasta el día de hoy, me hago la misma promesa al espejo y me juro que, pase lo que pase, nunca me voy a abandonar… Y que siempre estaré ahí. Sea en las buenas o las malas.

Por ello, Arhe, prometo amarte y respetarte TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA.

Feliz Día de San Valentín… ¡L@s quiero!

Arhe Molina

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Fotos por Cess Garibay

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